Acudir a una consulta ginecológica puede resultar incómodo, y más si no sabes qué es lo que te van a hacer y cómo, aunque tan solo sea una revisión anual para ver si todo va correctamente. Muchas mujeres que acuden a consulta para hacerse una ecografía tienen la duda de cómo se les hará: externa, a través del abdomen, o interna, de forma transvaginal.
Esta preocupación aumenta cuando todavía no se han hecho ninguna ecografía antes o si no han tenido relaciones sexuales con penetración antes de la prueba. Así que, para que acudas tranquila a tu próxima ecografía, en este artículo te explico en qué consiste una ecografía transvaginal.
La ecografía vaginal o transvaginal es un tipo de exploración que, mediante la emisión de ondas de sonido de alta frecuencia, crea una imagen del interior del cuerpo. Con su uso se puede examinar los órganos reproductivos femeninos. Al introducir el aparato a través de la vagina se puede observar, por ejemplo, el estado del útero, los ovarios y el cuello uterino.
En muchas ramas de la medicina se hace uso de la ecografía para establecer diagnósticos fiables, y no podía ser menos en el caso de la ginecología. Aunque en el resto de las especialidades se realiza de manera externa (pasando el transductor por encima de la piel), en este caso se realiza de forma interna, siempre que la paciente haya tenido relaciones con penetración vaginal.
En una ecografía transvaginal, el aparato se introduce suavemente a través de la vagina. Para ello, la paciente se debe acostar boca arriba (lo que llamamos posición ginecológica) o de lado con las rodillas flexionadas. Una vez la paciente está en posición se introduce un terminal alargado (tiene la forma de un dedo largo de unos 15cm y una anchura de 1cm) dentro de la vagina, lo cual permite captar las imágenes de la misma y observar de muy cerca el útero y los ovarios.
Yo, personalmente, os pido que hagamos respiraciones dirigidas y así facilitar el paso de la sonda.
Este tipo de ecografía es la técnica más indicada para establecer patologías ginecológicas como miomas, pólipo, quistes de ovario o tumores. Además, permite observar:
Es habitual realizarla durante el embarazo para:
Otras ocasiones en las que se recurre a la ecografía transvaginal son:
La ecografía vaginal es una prueba recurrente y sencilla que no requiere ninguna preparación previa especial. La única recomendación para la mujer es que orine antes de la ecografía para que esté más cómoda durante el examen.
En cuanto a la menstruación, no es ningún inconveniente tener la regla para realizar la ecografía. De hecho, durante el período de sangrado es más fácil valorar la reserva ovárica de la mujer.
Normalmente, cuando las pacientes acuden a consulta para realizarse una ecografía transvaginal están nerviosas ya que, a la incomodidad de la prueba, se le suma la preocupación por los resultados. De por sí, la prueba no es dolorosa, pero puede ser un poco incómoda. Esa molestia puede aumentar si se deja que esos nervios influyan, ya que cuanto más tranquila esté, más relajada tendrá la zona y menos sentirá los movimientos del transductor.
El transductor es mucho más fino que los empleados en exámenes de ultrasonidos externos. Su tamaño es de un dedo, aproximadamente, y está cubierto con un condón y gel lubricante.
Una vez terminada la prueba, la paciente vuelve a su vida cotidiana sin ningún tipo de problema. Los resultados de la exploración suelen estar disponibles entre una y dos semanas después de su realización, momento en el que el ginecólogo comunica a la paciente los resultados, de forma presencial o, si no es nada grave, de forma online.
Sea el motivo que sea por el que te tienes que realizar una ecografía vaginal, no te preocupes, es una prueba habitual. Recuerda acudir tranquila a la consulta.
Si nunca has tenido relaciones sexuales, la ecografía se hará a través del abdomen. Para ello, necesitaré que vengas con muchas ganas de orinar.
Hay veces, que la vía abdominal, no nos permite ver correctamente la anatomía pélvica, en ese caso, te pediré que vayas al baño a miccionar y valoraremos juntas la realización de una ecografía transrectal. Esta es casi menos molesta que la vaginal y ofrece unas imágenes similares a las que obtenemos cuando la hacemos por vía transvaginal.
Hay veces, que os diré que no consigo ver bien las estructuras, o bien que necesito más datos de lo que veo, y os pediré una ecografía Doppler ginecológica de alta resolución o incluso una resonancia pélvica.
No os asustéis. Hay veces que como consecuencia de las sombras que los propios tejidos, por nuestro peso corporal o incluso porque ese día nos hemos levantado con gases o diarrea, se dificulta la correcta valoración del aparato genital interno.
Es todos esos casos, solicitaré pruebas complementarias para llegar al fondo de tu problema.
Si quieres realizarte una revisión ginecológica, o acudir a consulta porque algo no funciona como debería, pide cita conmigo. Estaré encantada de ayudarte.
Soy la doctora Bárbara Fernández del Bas, ginecóloga especialista en sexología, ginecología integrativa, funcional y medicina antienvejecimiento. Gracias a mi formación, la aproximación a mis pacientes siempre es de forma global. Soy consciente de que somos más que mamas, útero y ovarios. Somos un todo. Por eso, siempre busco los últimos avances científicos para ponerlos a disposición de toda mujer que los necesite