La osteoporosis es una enfermedad que se caracteriza por la disminución de la densidad ósea, lo que hace que los huesos sean más frágiles y propensos a fracturarse. Aunque su aparición debe prevenirse desde la adolescencia es común que se empiece a desarrollar en algunas mujeres después de la menopausia. Muchas veces es llamada «silenciosa» ya que no presenta síntomas tempranos y se descubre generalmente cuando ocurre la primera fractura, que tiende a afectar a la columna vertebral, muñecas, cadera, pelvis y húmero. Pero ¿podemos hacer algo antes de que llegue la primera lesión? Por supuesto, en este artículo te explico de forma detallada cómo se puede hacer frente a esta enfermedad en esta etapa clave.
La menopausia marca un momento crucial en la vida de cada mujer y se ha demostrado que está vinculada a la osteoporosis. Durante la menopausia, se produce una disminución de los niveles de estrógeno lo que conlleva a una pérdida acelerada de densidad ósea. Esto hace que aumente el riesgo de fracturas y la debilidad ósea. Es lo que se conoce como osteoporosis posmenopáusica. ¿Y qué características presenta?
La osteoporosis posmenopáusica se caracteriza por la reducción de la densidad ósea debido a la pérdida de tejido óseo normal. Esto hace que los huesos sean más frágiles y susceptibles a movimientos bruscos. Por eso es vital que antes de llegar a este momento tengas buen conocimiento sobre la salud ósea para concienciarte de que, aunque el problema no esté en el momento, puede aparecer más adelante.
La prevención de la osteoporosis debe comenzar años antes de la menopausia, incluso en la infancia y la adolescencia. Si alcanzas un pico de masa ósea adecuado durante estos años, en el futuro esto te va a permitir mantener huesos fuertes en la vida adulta. En mi consulta ginecológica en Madrid te explico todo lo que debes saber, aunque hay 3 aspectos claves que siempre debes tener en cuenta:
Para mantener huesos saludables, una dieta adecuada debe proporcionar suficientes calorías y cumplir con los requisitos diarios de calcio, proteínas y vitamina D para mantener una densidad mineral óptima. Esta vitamina se obtiene principalmente de la exposición solar ya que permite su síntesis en la piel. Es recomendable tomar el sol, especialmente en primavera, otoño e invierno, pero con moderación y sentido común. Se ha calculado que exponer la cara y los brazos al sol durante 15-20 minutos al día es suficiente para obtener la cantidad necesaria de vitamina D. Además, existen ciertos alimentos que son ricos en provitamina D, como el hígado, pescados grasos, bacalao, ostras, huevos, leche y queso. Cuando no se puede obtener suficiente vitamina a través de la exposición solar, se recomienda la suplementación. Las dosis diarias recomendadas en mujeres posmenopáusicas son de 800 a 1000 UI.
Además, se debe garantizar un adecuado aporte de magnesio, fósforo y vitamina K. En el caso de las mujeres posmenopáusicas, se recomienda una ingesta diaria total de 1000-1.200 mg de calcio elemental. Fuentes ricas en calcio incluyen productos lácteos, frutos secos, verduras de hojas verdes y legumbres. Para aquellas mujeres que no pueden obtener suficiente calcio a través de la dieta, se pueden recomendar suplementos de calcio, preferiblemente en forma de carbonato o citrato de calcio, incluidos en una comida habitual. ¿Sabías que uno de los alimentos que más calcio aporta es el queso parmesano (1350 mg de calcio por 100g)? Hay otras opciones como los pistachos, la leche de vaca y el queso manchego.
Es fundamental hacer ejercicio, adaptándolo siempre a la edad y condición física de la persona. La inactividad puede provocar una disminución en la densidad ósea, por lo que es esencial moverse regularmente para mantener la masa muscular en niveles óptimos, lo que va a hacer que se reduzca el riesgo de caídas. Se aconseja realizar al menos 30 minutos de ejercicio al día, de 3 a 5 veces por semana. Actividades como caminar y deportes con impacto moderado son excelentes opciones. También cualquier ejercicio que mejore la coordinación, el equilibrio y fortalezca los músculos y la flexibilidad. Ejemplos de estos deportes incluyen el tai-chi, el baile y el yoga. Además, mantener una buena forma física mejora la agilidad y la capacidad de reacción en situaciones inesperadas, como los accidentes que pueden ocurrir en el día a día.
El tabaquismo, en especial entre las mujeres, se asocia con una disminución en la densidad mineral ósea y un mayor ritmo de pérdida ósea en comparación con las no fumadoras. Este efecto es dependiente de la cantidad de tabaco consumido, pero también es reversible al dejar de fumar.
El consumo moderado de alcohol, hasta 2 unidades al día (equivalente a 2 vasos de 120 ml de vino, por ejemplo), no parece aumentar significativamente el riesgo de osteoporosis. Sin embargo, beber tres o más bebidas alcohólicas al día sí se relaciona con la aparición de esta enfermedad.
Aunque está claro que no puedes prever cada paso que das es importante evitar situaciones peligrosas ya que a medida que pasan los años se es más propenso a roturas y fracturas. Sigue estos consejos y alejarás de ti accidentes innecesarios:
A medida que se acerca la menopausia, debes ser consciente de este problema. El enfoque en la salud ósea se vuelve aún más crucial en esta etapa de la vida. Y aunque la osteoporosis no presente ni dolor ni síntomas claros en su primera fase, puede estar desarrollándose en el cuerpo sin que te des cuenta. De hecho, hasta que no ocurre la primera factura, no se descubre que está ahí.
El diagnóstico de la osteoporosis se basa en una evaluación completa que incluye análisis de sangre, radiografías y densitometría ósea. Esta última es crucial para determinar que la densidad ósea sea adecuada. Además, también existen tratamientos médicos como la terapia hormonal de la menopausia, los moduladores selectivos de los receptores de estrógeno, los bisfosfonatos, denosumab y la hormona paratiroidea. Otro aspecto clave es el seguimiento constante de la osteoporosis ya que es esencial para asegurar la eficacia del tratamiento. Debes cumplir siempre con las recomendaciones médicas y tomar los medicamentos adecuados.
Porque sé que la menopausia puede ser una etapa compleja y más aún si notas que tu actividad no es la misma y que tus huesos no responden de la misma manera. Por eso, en mi consulta, te ayudo a gestionar esta situación con el objetivo de reducir los síntomas de la osteoporosis y conseguir que ganes en calidad de vida. No lo pienses más y deja que como profesional te guíe en este proceso. Estoy aquí para ofrecerte soluciones. ¡Pide tu cita!
Soy la doctora Bárbara Fernández del Bas, ginecóloga especialista en sexología, ginecología integrativa, funcional y medicina antienvejecimiento. Gracias a mi formación, la aproximación a mis pacientes siempre es de forma global. Soy consciente de que somos más que mamas, útero y ovarios. Somos un todo. Por eso, siempre busco los últimos avances científicos para ponerlos a disposición de toda mujer que los necesite