Cuando escuchamos hablar de ginecoestética, ginecología estética, cirugía para rejuvenecer, etc., lo percibimos como algo únicamente estético, frívolo e, incluso, innecesario. Sin embargo, no hay nada más lejos de la realidad y cada vez son más mujeres las que recurren a estos tratamientos para mejorar su bienestar, porque en la mayoría de los casos no es una cuestión de estética sino funcional. En esta entrevista resuelvo todas las dudas acerca de la ginecoestética, o mejor dicho ginecología funcional y los beneficios que conlleva.
Los genitales envejecen igual que lo hace el resto de tu cuerpo. Si bien es cierto, hay factores que favorecen el envejecimiento acelerado: el tabaquismo, la contaminación, las dietas ricas en azúcar o hidratos de carbono, la exposición solar, entre otras. Así como situaciones que favorecen una alteración estructural de los genitales como el embarazo y parto, practicar deportes como el ciclismo o la hípica, las pérdidas grandes de peso, etc.
En general, las mujeres se notarán cambios en la textura y coloración genital, pérdida de turgencia y caída de los tejidos, pérdida de volumen, sequedad, pérdida de tono muscular y alteración funcional genital (pérdidas de orina, falta de orgasmos, dolor con las relaciones sexuales).
El envejecimiento comienza a partir de los 30 años, aunque esta edad es muy aproximada y va a depender de factores como los arriba detallados.
El envejecimiento es un proceso que se puede ralentizar y determinados estigmas se pueden revertir. El envejecimiento se debe de tratar con una visión integral de la paciente. De nada sirve que sometamos a la paciente a una técnica regenerativa con el objetivo de mejorar la circulación si, por ejemplo, la paciente fuma, ya que conlleva una alteración generalizada de la microcirculación.
Es por ello que las pautas más importantes son:
Los más frecuente son la pérdida de volumen, los cambios en la coloración y la ptosis (caída de los tejidos por acción de la gravedad).
Para la pérdida de volumen, hay que hacer un diagnóstico exhaustivo y o bien hacer rellenos con ácido hialurónico o bien hacer una cirugía de relleno con grasa.
Para los cambios en la coloración de la vulva son efectivas las mesoterapias despigmentantes en asociación con los aclaramientos genitales y el uso de antioxidantes para reducir la inflamación crónica de bajo grado.
Para combatir la flaccidez son útiles el uso de radiofrecuencia o láser de CO2 según la paciente.
El embarazo es uno de los factores más determinantes para desarrollar patología del suelo pélvico femenino. El embarazo se asocia a incontinencia de orina, prolapso de órganos de suelo pélvico (descenso de la vejiga o del recto a través de la vagina, por pérdida de tensión en las estructuras internas que los contienen), cambios en la coloración de la vulva, aparición de varices, pérdida de volumen de labios mayores, descolgamiento de labios mayores y menores, episiotomía, dolor con las relaciones sexuales…
La menopausia supone una pérdida de estrógenos, y cuando los perdemos se produce una disminución de la síntesis de colágeno, y es por ello que la paciente puede notar un aceleramiento de su envejecimiento.
Generalmente, con la menopausia la sequedad genital, las infecciones vaginales, las cistitis y el dolor con las relaciones se hacen mucho más frecuentes, empeorando la calidad de vida y sexual de las pacientes.
El vello púbico se pierde con el envejecimiento. Si bien no existe tratamiento para abordar este fenómeno, factores como la depilación frecuente hace que éste se debilite favoreciendo su pérdida. En cuanto a la coloración, sí que se pueden aplicar tintes específicos para esa área.
La verdad es que la mayoría de mis pacientes consultan por problemas funcionales (tienen una patología que les impide tener una función genital normal) más que estéticos. Y las pacientes que vienen con problemas estéticos, al ahondar más en la historia es evidente que dicha inquietud estética les genera una serie de alteraciones (en su esfera sexual así como en su autoestima) que al final desemboca en un problema funcional a no permitirles hacer una vida “normal”.
Usualmente, trato el dolor sexual femenino (bien por dispareunia o bien por vaginismo), trato a muchas pacientes con liquen escleroso, muchas pacientes con incontinencia de orina, pacientes con hipertrofia de labios menores, etc.
El láser es eficaz frente a la incontinencia de orina, frente a la laxitud vaginal y la sequedad genital.
Las contraindicaciones, casi te diría generales de cualquier tratamiento regenerativo son:
La radiofrecuencia comparte las mismas indicaciones del láser, pero es un tratamiento que no precisa anestesia y cuya recuperación es más corta, a las 24h del procedimiento puede tener relaciones sexuales.
Yo, personalmente, uso la radiofrecuencia en pacientes con atrofias severas, cuadros de dolor pélvico o sexual o incontinencias en las que el objetivo es penetrar más en profundidad.
No, una de las premisas de todos estos tratamientos es que la paciente no debe sentir dolor.
En caso del láser de CO2, las técnicas de mesoterapia (aplicación de plasma rico en plaquetas, ácido hialurónico, etc) se aplica anestesia tópica que consigue un grado de confort alto para la paciente, haciendo que estos procedimientos sean totalmente tolerables.
Creo que a las mujeres se nos había negado hasta ahora no estar conformes con el aspecto de nuestro genitales. Era lo que había. También pasaba con la incontinencia de orina. Sin embargo ahora, las mujeres que no sienten que su estética genital las representa o pacientes que se niegan a tener escapes de orina, a tener dolor con las relaciones o a tener problemas con sus orgasmos, saben y demandan soluciones. Y yo estoy encantada de poder ayudarlas.
La actividad sexual es fundamental para mantener jóvenes nuestros genitales: favorece la síntesis de colágeno, mantiene activos los músculos vaginales, mejora la hidratación natural por aumento de la lubricación, aumenta la microcirculación pélvica, liberas endorfina, liberas estrés. ¡Son todo ventajas!
Soy la doctora Bárbara Fernández del Bas, ginecóloga especialista en sexología, ginecología integrativa, funcional y medicina antienvejecimiento. Gracias a mi formación, la aproximación a mis pacientes siempre es de forma global. Soy consciente de que somos más que mamas, útero y ovarios. Somos un todo. Por eso, siempre busco los últimos avances científicos para ponerlos a disposición de toda mujer que los necesite