La vulvovaginistis por Candida o, más conocida, candidiasis vulvovaginal, es una de las infecciones más habituales entre las mujeres. Así que, si has tenido candidiasis, tienes, o tienes alguna vez en tu vida, no te preocupes, es de lo más normal, tan solo debes acudir a una consulta ginecológica para recibir el tratamiento adecuado.
Se trata de una infección común de la vulva y la vagina originada por el hongo Candida. Según estudios, 3 de cada 4 mujeres sufren vulvovaginitis una vez en la vida, de las que el 40-50% experimentan, al menos, un segundo episodio. Además, es una de las principales causas de picazón y secreción vulvovaginal, aunque entre el 10-20% de las pacientes son asintomáticas.
Visto lo frecuente que es esta infección es importante difundir información y saber cómo se puede tratar. En el artículo te explico los tipos de tratamientos efectivos que existen para hacer frente a los diversos tipos de candidiasis.
Como he comentado, la vulvovaginitis es una infección muy común, sin embargo, no a todas las mujeres les afecta de la misma manera. Según la frecuencia de los episodios, los síntomas presentados y el estado de la paciente, se distinguen tres tipos de infección:
Episodios esporádicos: <3 episodios/año
Síntomas leves o moderados
Posible infección por Candida Albicans
Paciente sana y no embarazada
Paciente inmunocompetente
Episodios recurrentes: >3 episodios/año
Síntomas graves
Infección por Candida distintas de C. Albicans, C. Glabrata
Paciente embarazada, con diabetes mal controlada, inmunosupresión, etc.
Episodios recurrentes: >4 episodios/año
Obtener cultivos vaginales
Infección por candidas menos comunes
Causada por reservorio vaginal persistente o una infección de cepas idénticas C.Albicans susceptibles.
Una vez la candidiasis ha sido diagnosticada hay que elegir el tratamiento adecuado para cada paciente. Para ello se tiene en cuenta el tipo de infección que tiene: no complicada (90% de los casos), complicada (10%) o recurrente.
Existen múltiples tipos de tratamientos orales y tópicos y, aunque ambos métodos la tasa de curación clínica supera el 90%, la elección depende de la preferencia del paciente, generalmente las pacientes se decantan por el tratamiento oral.
Ahora bien, ¿qué diferencia hay entre el tratamiento oral y tópico? Los fármacos orales presentan más efectos secundarios (intolerancia gastrointestinal, dolor de cabeza, erupciones cutáneas…) que los tópicos (posible irritación local o ardor). Además, la terapia oral tarda uno o dos días más en aliviar los síntomas que la tópica.
A la hora de elegir el tratamiento también se debe tener en cuenta el tipo de candidiasis que presenta la paciente.
Cuando la paciente no embarazada presenta una infección sin complicaciones se suele recurrir a un tratamiento de antimicóticos oral. Una dosis del fármaco debe ser suficiente y los síntomas deben desaparecer en los siguientes 2 o 3 días.
Durante este corto período de tratamiento se pueden practicar relaciones sexuales y no está indicado el tratamiento de parejas sexuales.
Si la paciente está embarazada o en período de lactancia no se administra el medicamento por riesgo a que el feto se vea dañado.
En caso de que la paciente presente una infección complicada se puede optar por un tratamiento oral de suministración de 2 o 3 dosis secuenciales cada 3 días, o una terapia tópica de 7 a 14 días.
Cuando la paciente está embarazada y presenta síntomas graves se recurre a la aplicación de tratamiento tópico por vía vaginal durante 7 días. La aplicación de fármacos orales puede incrementar el riesgo de aborto espontáneo o tener un impacto negativo durante el nacimiento.
Cuando la paciente presenta 4 o más episodios de candidasis en un mismo año, se le debe tratar como infección recurrente. Para ello se requiere un tratamiento de 4 etapas:
Primero. Tratamiento inicial. Administración de 3 dosis de antimicóticos cada 3 días.
Segundo. Tratamiento de mantenimiento. Pasada la fase inicial, se continúa con una terapia de mantenimiento de 1 dosis por semana durante 6 meses.
Tercero. Prueba de interrupción del fármaco. Se interrumpe el tratamiento para comprobar si la infección remite de forma prolongada o si, por el contrario, recae de nuevo.
Cuarto. Tratamiento de la recaída. Si recae al poco tiempo, se retoman las 3 dosis iniciales y se continúa con la terapia de mantenimiento, esta vez por un año.
Por último, para pacientes con candidiasis de repetición se puede recurrir a la autovacuna Uromune®, la cual consiste en la aplicación de una vacuna individualizada.
En las consultas de ginecología integrativa las infecciones de repetición se abordan desde una perspectiva integral de la mujer. El tratamiento integrativo se basa en 3 pilares fundamentales:
Es fundamental conocer el estilo de vida de la mujer y aplicar los cambios que sean necesarios en su nutrición. Esto, junto con los tratamientos regenerativos y la última tecnología del mercado, garantiza la desaparición de las infecciones y la recuperación de la calidad de vida a la paciente.
Soy la doctora Bárbara Fernández del Bas, ginecóloga especialista en sexología, ginecología integrativa, funcional y medicina antienvejecimiento. Gracias a mi formación, la aproximación a mis pacientes siempre es de forma global. Soy consciente de que somos más que mamas, útero y ovarios. Somos un todo. Por eso, siempre busco los últimos avances científicos para ponerlos a disposición de toda mujer que los necesite