Tener picor o prurito vulvar es más común de lo que puede parecer entre las mujeres. Pero ¿qué pasa cuando a pesar de innumerables tratamientos para candidiasis, un gasto tremendo en hidratantes y millones de remedios caseros vistos en redes, sigues con picor en la vulva? En ese caso es muy probable que nos encontremos ante un caso de liquen escleroso vulvar.
Muchas mujeres acuden a mi consulta a causa de ese picor constante debido a que, tras un largo tiempo de soportarlo, notan cómo afecta a su calidad de vida y desean ponerle solución. En este artículo te dejo toda la información que debes saber sobre el liquen escleroso vulvar.
El liquen escleroso vulvar es una patología crónica de posible origen autoinmunitario que, como he comentado, afecta de forma negativa a la calidad de vida de las mujeres que la padecen.
Se trata de una patología que afecta fundamentalmente a la piel de la vulva, aunque en muchas ocasiones puede afectar a la zona perianal y a la zona del vestíbulo (entrada) de la vagina.
Esta afección es progresiva y benigna. Además, pueden aparecer brotes cuando la paciente está en una etapa de su vida en la que el nivel de estrógenos es menor. Por este motivo se asocia en su mayoría a mujeres perimenopáusicas o posmenopáusicas y niñas prepúberes, aunque cada vez más se está diagnosticando a pacientes de cualquier edad.
La verdadera prevalencia no se conoce, pero diversos estudios la han estimado en 1 de cada 30 mujeres adultas y 1 de cada 1.000 niñas prepúberes. Actualmente la percepción clínica del liquen va en aumento ya que cada año son más las mujeres que la padecen y son diagnosticadas.
El síntoma más común del liquen escleroso es el picor o prurito vulvar, pudiendo llegar a impedir el sueño de la paciente. Esta característica no es única y específica del liquen ya que se presenta en la mayoría de los trastornos vulvares, por lo que hay que hacer un estudio exhaustivo para diagnosticarlo.
También pueden darse los siguientes síntomas:
Existen pacientes asintomáticas a las que se les detecta la enfermedad por el color y forma de la vulva, generalmente, son los casos más aparatosos porque son los que tardamos más en diagnosticarlos.
Para diagnosticar un caso de liquen escleroso vulvar es necesario observar sintomatología característica de la patología y realizar un examen clínico en profundidad a la paciente. Podemos acompañarlo de una vulvoscopia que nos ayude con el diagnóstico.
Aunque no todos los casos necesitan una biopsia de confirmación, es lo más útil para confirmar el diagnóstico o reevaluarlo. Cuando hablamos de biopsia vulvar nos referimos a una sencilla prueba que se realiza en consulta puesto que solo es necesario realizar un punch de unos 4mm y administrar una pequeña cantidad de anestesia local. En ocasiones no es necesario ni dar un punto de aproximación. La recuperación y vuelta a la rutina es casi inmediata.
El tratamiento del liquen escleroso vulvar tiene el objetivo de disminuir los síntomas de prurito y dolor, así como las fisuras, hiperqueratosis o equimosis producidas por la patología.
Lo más conveniente es que el tratamiento se comience a aplicar lo más pronto posible para aliviar el malestar de la paciente. El tratamiento temprano puede revertir muchos de los cambios en la piel, como la palidez.
La primera terapia que se debe aplicar a la paciente es la educación acerca del liquen escleroso: qué es, en qué consiste, cómo convivir con él, el tratamiento a aplicar…
Junto a esa educación imprescindible se encuentra la terapia médica, la que, actualmente, se basa en el uso de corticoides tópicos. El tratamiento de corticoides tópicos de alta potencia varía en función de cada paciente. Normalmente se comienza aplicando propionato de clobestasol durante 6 a 12 semanas. Pasado este tiempo se reevalúa a la paciente y se le prescribe una terapia de mantenimiento a largo plazo para mantener la normalidad del color y la textura de la piel, además de calmar el picor.
Los resultados de la primera fase suelen ser favorables, viéndose reducido el prurito y el dolor y los síntomas dermatológicos.
Las revisiones del tratamiento es recomendable que se realicen cada 6 meses, y si la paciente no realiza una terapia de mantenimiento, cada 3.
He hablado del tratamiento médico que actualmente sigue siendo el principal para tratar esta patología; sin embargo, la ginecología integrativa trata el liquen escleroso teniendo en cuenta a la mujer en su conjunto. No solo se centra en la vulva, sino que tiene en cuenta sus emociones y estilo de vida.
En la consulta integrativa se tiene en cuenta:
Además, si no se observan cambios con los tratamientos médicos e integrativos, se puede recurrir a la última y más avanzada tecnología de los tratamientos regenerativos:
La aplicación conjunta de estos tratamientos puede asegurar a la paciente una mejora considerable de su calidad de vida. Pide cita conmigo, estaré encantada de ayudarte.
Soy la doctora Bárbara Fernández del Bas, ginecóloga especialista en sexología, ginecología integrativa, funcional y medicina antienvejecimiento. Gracias a mi formación, la aproximación a mis pacientes siempre es de forma global. Soy consciente de que somos más que mamas, útero y ovarios. Somos un todo. Por eso, siempre busco los últimos avances científicos para ponerlos a disposición de toda mujer que los necesite